En particular en nuestros países en Latino América, tenemos un problema con el desarrollo de la historia. Hay una frase que dice: “el que no conoce la historia, está condenado a repetirla”. Eso suele suceder mucho en las familias empresarias. Porque nos damos cuenta que hay dinámicas y disfuncionalidades al interior de las empresas familiares que no tienen que ver con la generación actual pero que, si te pones a mirar en su historia familiar, te das cuenta que muchas cosas vienen de los abuelos, de sus padres, donde hay cosas que han generado un trasfondo y que han permitido que eso se permee a las siguientes generaciones. Entonces ejemplo de eso, y lo podríamos citar ya que me lo estás preguntando, en algunos casos que tenemos de algunos grupos empresariales importantes en Colombia, familiares, donde vemos que los problemas que tienen ellos hoy en día han sido problemas que surgieron desde sus padres. La forma de comunicación, por ejemplo, la incapacidad de poder decirnos decir las cosas de frente porque llegamos a generar malestares en la familia nos lleva a desarrollar por ejemplo comunicaciones como cartas. Entonces yo no puedo decirte de frente lo que siento, escribo una carta y a través de esa carta trato de comunicar algo. Ese tipo de comunicación lo aprenden las siguientes generaciones y lo siguen utilizando y es un esquema equivocado a la hora de enfrentar un conflicto que debe tener una mecánica muy clara pero que se sigue presentando de una generación a otra. De hecho, cuando existen pequeños altercados o diferencias entre hermanos, sus hijos, si eso no ha sido solucionado, ya lo toman como algo personal. Entonces se convierte que esta rama familiar no va bien con esta otra rama familiar; hay un problema entre esas dos ramas de toda la vida y si le preguntas a los que vienen, a los jóvenes, no saben por qué, pero odian a sus primos y a sus tíos. La historia juega un papel determinante porque es lo que te enseñan; tu familia te enseña y te dice “mira esta empresa nació así” y “nosotros hemos estado trabajando fuertemente por esto” y esa es la parte de repente buena y que lo vamos a ver más adelante. Pero la parte mala es que también viene como si fuera un ADN de la familia, las malas prácticas; si toda la vida discutí problemas de la empresa en el comedor, de repente uno pensaría que si de niño, el tema de no poder charlar con mi familia en el comedor de otras cosas que no fuera de la empresa no me gustaba, no lo voy a practicar cuando sea grande. Pero pasa todo lo contrario; yo suelo copiar las malas prácticas y las suelo vivir una y otra vez hasta que no se rompa el ciclo. Entonces la historia es muy fuerte porque de una vez te genera pesos, te genera anclas y no te permite volar adecuadamente porque no vas en ceros. Al estar en una empresa familiar tu cargas con esa historia para bien o para mal.