Yo crecí con mi papa trabajando al lado. El me llevaba a la oficina, yo llegaba con mis carritos, jugaba con las maquetas que tenía ahí en la oficina. Yo me acuerdo cuando chiquito, siempre en el carro, en el bus en donde fuéramos, él siempre iba mirando todas las fachadas, de todos los edificios de todas las ciudades a donde íbamos. Y eso a mí me marcó. Entonces pues yo, la verdad, siempre quise trabajar en la empresa familiar y nunca lo hice. Al final, yo creo que tengo – lo que te decía ahorita – yo creo que menos mal, he tenido esta oportunidad de influir desde el equipo directivo en vez de un equipo de día a día. Porque puedo tener más acceso a utilizar mi creatividad e influenciar directamente a la compañía y puedo además honrar el legado de mi padre. A veces en los 90s hubo una crisis de la construcción y yo lo veía también preocupado y llevaba esos temas de trabajo a la mesa del almuerzo y eso a mí, la verdad, me impactó.