Para utilizar adecuadamente la historia y para que la historia familiar juegue un papel positivo y se convierta en una fortaleza de la familia, tenemos que entender algo que no entienden mucho las empresas familiares. Que es la mística de la organización, la mística de la empresa familiar; una empresa familiar tiene una gran arma secreta y ese es el legado. Es lo maravilloso que está en el corazón de estas empresas familiares; el fundador cuando no tenía recursos, cuando de repente seguro no tenía la posibilidad de acceder a un empleo, decide emprender una tarea heroica al crear su empresa familiar, a tener muchísimos sacrificios, a dejar de tener privilegios. Porque la empresa que se vuelve exitosa, empresa que se vuelve un ejemplo, que no solo le da calidad de vida a su familia, sino que a través de esta empresa muchas familias empiezan a tener calidad de vida y que eso solo se logra por el espíritu que alguien le puso a una idea. Porque una empresa se convierte en el alma que alguien le pone a una idea y la vuelve exitosa. Un empresario familiar, aparte de ponerle esa alma, le entrega su familia y su emocionalidad. Y eso es una gran virtud y una gran herramienta cuando se utiliza positivamente. Entonces la invitación para la siguiente generación es aprovechar esta mística, darle el valor adecuado y trasmitirlo a las siguientes generaciones. Es mostrar ese sentimiento que tenía el poner su primer ladrillo, el primer pedido, el primer proyecto. Como los demás, los empleados que trabajan en la organización lo arman, como sus padres, sus hermanos, ellos mismos armaron ese proyecto y como ese proyecto no solamente son cuatro ladrillos, sino que es un estilo de vida y es un legado que no solamente sus padres les están dejando a ellos, sino que ellos le están dejando a la sociedad. Es posibilidad de futuro, posibilidad de crecimiento para sus empleados y para todos aquellos que logren entrar a la organización, siempre y cuando la familia la logren seguir sacando adelante. Entonces, es una gran herramienta.